sábado, 7 de abril de 2012

El caso Boudou, su responsabilidad y el papel de la prensa

Desde ya hace más de un mes y medio, el vicepresidente Amado Boudou enfrenta una investigación judicial en su contra, por la compra de Ciccone calcográfica. En lo primeros días cuando los medios de comunicación empezaron a dedicar notas en sus diarios, editoriales, brindar más datos sobre la investigación que es llevada adelante por el juez Daniel Rafecas, cuya causa está en manos del fiscal Carlos Rivolo, el ex ministro de economía optó de forma extraña por el silencio y la ignorancia de la situación.
Ahora casi un mes después su margen de maniobra es cada vez más reducido y su frívolización de los hechos, sumado a sus explicaciones poco claras, en conjunto, con su torpeza en el momento de elegir los lugares donde exponer sus argumentos lo ponen en el foco de una escena impensada para las figuras del oficialismo, hace apenas tres meses atrás. Mientras la oposición política más recalcitrante pide el juicio político y su renuncia, Clarín, La Nación y otros medios "anti-K" no pierden oportunidad para sacar de contexto las declaraciones de las figuras del Frente para la Victoria (FPV). Boudou enfrenta una doble batalla, la dialéctica que no parece poder estar a la altura de lo que amerita el contexto, ir a defenderse solo al programa ultrakirchnerista "678" no parece ser la idea más brillante y sus declaraciones siguen sin ser claras del todo, dejando una estela de dudas e incognitas pocos felices, y segunda la social, está ya la ha perdido la mancha ya fue pintada sobre él, no podrá,si la justicia prueba su inocencia, seguir con esa actitud de "adolescente rebelde", la prensa opositora ya logró su objetivo, a una velocidad que sorprende al cronista, ya está, lo volvió mortal, después del 54 por ciento obtenido en octubre, lo humanizó, lo mostró vuelnerable, le ganó una pulseada clave. Éste no es el final de la carrera política de Amado Boudou, al menos por ahora, pero si quiere aspirar a un puesto político en 2015 debe afrontar y superar este escollo con solvencia y evitar que se le rasguen todavía más sus vestisduras.